El vuelo proveniente de San Petersburgo hizo escala en Madrid, donde parte de los jugadores de la Seleçao que viven en Europa decidieron quedarse.
De los siete jugadores que siguieron el viaje hasta Rio, solo Douglas Costa y Philippe Coutinho se acercaron a los seguidores, que les recibieron con aplausos y gritos de "¡Brasil, Brasil!".
Coutinho, uno de los pocos brasileños que salió fortalecido del Mundial en Rusia, al mostrar un gran desempeño especialmente en la fase inicial, se detuvo a firmar algunos autógrafos.
El seleccionador Tite, que debe decidir en los próximos días si acepta la propuesta de prolongar su contrato a la cabeza del equipo, también recibió una cálida bienvenida.
"Vine para acá hoy para dar un apoyo a la selección brasileña, que lo necesita. Estaría aquí en caso de victoria, entonces estoy en la derrota para dar apoyo y decirles a ellos que en 2022 van a traer esa sexta copa para la gente", dijo a la AFP David Santana, quien se acercó al lugar con su esposa, su hijo y su sobrino.
Neymar, quien según el servicio de prensa de la federación brasileña debía también arribar a Rio, no fue visto en el aeropuerto.
Cuando el atacante del París SG llegó a Brasil a comienzos de marzo pasado para operarse de un pie, partió directamente en un avión privado para su lujosa mansión en Mangaratiba, una ciudad balneario a unos 100 km de Rio.
El mediocampista Casemiro, quien se encontraba suspendido para el partido en que la selección fue eliminada el viernes ante Bélgica (2-1), se mostró confiado en declaraciones al sitio web globoesporte.com desde el aeropuerto: "No es el fin de una era", dijo.
"Hace dos años Brasil corría el riesgo de no clasificarse y ahora estábamos como favoritos. Hay muchas cosas buenas", declaró.